Por fin, llegó el partido que todo el mundo tenía marcado en el
calendario, ‘el Clásico’ del fútbol español, y no defraudó, como
siempre. Con unos 3 grados de temperatura y una lluvia bastante molesta
observamos los calentamientos de uno y otro equipo, así como el del
cuarteto arbitral. Vimos también las piñas de ambos antes de la última
entrada a vestuarios precedente al comienzo del encuentro. Una vez más el Bernabeu se engalanó para acoger un nuevo partido del siglo.
A las 22:02, Fernández Borbalán, hacía sonar su silbato dando inicio
al tan esperado encuentro. El Madrid salió a presionar arriba como todos
intuíamos, lo que no esperábamos es lo que aconteció en el segundo 22
de partido; sacaba de centro el Barça, debido a la asfixiante presión
madridista el balón fue retrasado hasta la línea defensiva, Puyol
retrasa para Valdés, y éste, tras un pequeño titubeo decide lanzar el
balón hacia Abidal, le sale mal el pase, intercepta Di María, que
intenta un pase imposible a Benzema, el balón tropieza en la defensa
blaugrana y cae a los pies de Özil quien conecta un disparo seco que
impacta en Busquets y deja a Benzema sólo frente a portería, éste remata
a placer y 1-0 en el marcador. Pintaban bien las cosas para el equipo
local.
Pese a la adversidad, el conjunto blaugrana intentó seguir fiel a su
estilo, aunque con más dudas de las habituales; cuando esto ocurre (rara
vez) aparece el de siempre, Messi, minuto 6 de partido, resbalón de
Ramos en su propio área, se la roba ‘la Pulga’ y en un eslalon imposible
se planta delante de Casillas al que intenta batir con un disparo raso a
mano cambiada, consiguió despejar Iker a córner.
Pasaban los minutos y se sucedían las ocasiones para uno y otro
equipo, un remate de cabeza blandito de Benzema a centro de Di María;
una falta directa de Xavi que Iker tuvo que despejar de puños, en estas
que llegó la ocasión más clara del Madrid en toda la primera parte,
Marcelo pica un balón a Benzema, éste controla con elegancia caído a la
izquierda, filtra un pase a Cristiano que le dejaba el balón muerto al
borde del área con Valdés como único obstáculo, el portugués intenta
colocar tanto a la escuadra, que el balón sale lamiendo la cruceta,
estuvo muy egoísta el de Madeira ya que tenía a su derecha a Di María
totalmente solo para empujarla. Desperdiciado el 2-0, el Madrid comenzó a
plantear síntomas de ansiedad, con pases imprecisos y precipitaciones
en acciones simples. El Barça andaba algo desorientado hasta que Messi
les señaló el camino con una jugada que al equipo blanco le han hecho
hasta la saciedad, Messi recibe en el centro del campo, se deshace con
facilidad de cuantos rivales se ponen en su camino (Özil, Alonso y
Lass), levanta la cabeza y filtra un pase al ‘9’ de turno, en este caso
Alexis, quien en una galopada a la espalda de Pepe se planta frente a
Casillas, al que bate con un perfecto disparo raso. 1-1. Con este
resultado nos iríamos al descanso.
Algo que generó mucha polémica, corría el minuto 22 de partido y Xabi
Alonso hacia una dura entrada a Messi cerca del círculo central, con el
reglamento en la mano, amarilla, pese a ser la primera del tolosarra.
Minutos después en dos idénticas jugadas pero con jugadores del Barça
como infractores, éstos, no reciben amonestación alguna. Algo parecido
pasó con Messi, quien había recibido una amarilla por protestar, entró
duro a Alonso, en una acción clara de tarjeta, en la que debería haber
visto la segunda amarilla, no lo entendió así Fernández Borbalán.
El segundo periodo del encuentro tuvo un único dominador, el F.C.
Barcelona, el Real estaba desconcertado, recordando fantasmas del
pasado, sin ningún estilo de juego claro, a merced del trabajadísimo
equipo de Guardiola.
Cristiano intento batir de falta directa a
Valdés, pero no era la noche del portugués. En la siguiente acción,
jugada clásica del Barça con pared incluida casi dentro del área rival,
Coentrao consigue interceptar uno de los pases, con la mala suerte de
que su despeje cae a pies de Xavi quien no se lo piensa y de primeras
conecta un disparo seco, que con más mala suerte aún, para el conjunto
madridista, tropieza en Marcelo, lo que despista a Casillas que ya no
puede hacer nada y ve como el balón entra llorando después de pegar también en el palo. 1-2. La historia se repetía.
Daba la sensación que el Barça le había dado la vuelta al partido sin
hacer excesivos méritos. A partir de ese momento el Madrid no llego a
ser ni la sombra que se le supone a un equipo con esa historia detrás.
El Barcelona siguió con su habitual medicina, toque y más toque, para
terminar de desesperar al conjunto de Mourinho. Gozó de un par de
oportunidades de las botas de Alexis y posteriormente Messi a balón
parado. Pese a todo rozó el empate Cristiano, que a centro de Alonso
conectó un cabezazo con buenísima intención, pero ligeramente desviado.
Pero
el Barça es mucho Barça y en el minuto 65 decidió que había que dar la
última estocada a un Madrid herido. Messi coge el balón con decisión en
tres cuartos de cancha, abre para Alves, quien con un precioso centro
asiste a un llegador Cesc Fábregas que remata a las mil maravillas para
poner el definitivo 1-3 en el marcador. El resto del partido fue un
dominio aplastante del Barcelona que pudo engordar aun más el marcador y
hacer así mas sangrienta la derrota blanca. El conjunto de la capital
acabó pidiendo la hora y razones no le faltaron para ello. Bonito gesto
al final del partido de los jugadores de uno y otro equipo dándose la
mano, tras todo lo ocurrido en clásicos anteriores; bonito gesto
igualmente de José Mourinho con Tito Vilanova, yendo a saludarle al
final del encuentro.
Artículo publicado por: @yeraydel10
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